martes, 27 de mayo de 2008

Intercambiabilidad de medicamentos en Chile: Una deuda con la población.

Actualmente en nuestro país, ni el profesional médico (prescriptor) como el farmacéutico (dispensador) pueden asegurar al paciente en base a pruebas objetivas la intercambiabilidad de un medicamento. Sin embargo para los chilenos es una práctica arraigada el solicitar en la farmacia el cambio de la prescripción motivada principalmente por motivos económicos. Sin embargo el paciente desconoce muchas veces si el medicamento de mayor o menor valor ofrecido produce el efecto terapéutico, cosa que ni el farmacéutico le puede responder fehacientemente. La situación antes descrita contiene dimensiones que no han sido abordadas efectivamente en nuestro país; el acceso a medicamentos de calidad, la inexistencia de medicamentos equivalentes terapéuticos, los monopolios farmacéuticos productivos y comercializadores, y el acceso a medicamentos a precios razonables para la población.


Cuantas veces se escucha la siguiente frase en una farmacia realizada a un auxiliar o muchas veces al farmacéutico: “¿y no tiene otro más barato que sea lo mismo?... Una difícil pregunta y que lamentablemente en Chile no tiene respuesta.

Uno de los grandes vacios de la política de medicamentos que se practica hoy en nuestro territorio, en donde el único parámetro que existe hoy actualmente de manera incipiente es el que le da la experiencia clínica al médico, pero que pone en riesgo a muchos pacientes que hoy en Chile acceden a medicamentos de calidad no asegurada frente a la existencia de equivalentes terapéuticos e incluso de medicamentos elaborados sin certificación de calidad (Buenas prácticas de Manufactura).

En el otro lado de la moneda se presentan las motivaciones y comisiones que “recompensan” al gremio médico, auxiliares de farmacia y farmacéuticos por prescribir, recomendar y de frentón cambiar las recetas que muchas veces llegan a una farmacia. Práctica también frecuente, por la cual se obtienen ingresos y premios económicos, pero que sin embargo son éticamente cuestionables ya que lo que se ofrece como alternativa no es un equivalente terapéutico, por tanto no sabemos con certeza si será mejor o peor en el cumplimiento del objetivo terapéutico.

Actualmente podemos distinguir 3 tipos de categorías de medicamentos en nuestro país, los denominados genéricos, los genéricos de marca o similares y los medicamentos de marca innovadores.

En muchos países, principalmente desarrollados, genérico es sinónimo de intercambiable, es decir es equivalente terapéutico, lo que se avala con estudios de bioequivalencia y/o biodisponibilidad. Nuestra realidad es muy distinta y llamamos “genérico” a aquel medicamento que se llama por la denominación común internacional por ejemplo “Nimodipino”. Un medicamento genérico no necesariamente entonces es una alternativa equivalente al medicamento de marca innovador (creador o inventor).

Por otro lado los genéricos de marca o similares son medicamentos copia del innovador a los cuales se les denomina con un nombre de fantasía, siguiendo el caso anterior por ejemplo Regertal (lab. tecnofarma) pero no necesariamente al igual que el anterior cumple con ser equivalente terapéuticamente.


El medicamento de marca o innovador es aquel que es el original producto de la investigación de un laboratorio en particular y siguiendo el caso anterior Nimotop (Lab Bayer).

Sin embargo las diferencias entre el valor de uno u otro son abismantes:

Nimodipino $1.090
Regertal $10.550
Nimotop $19.990

Si lo llevamos al mercado farmacéutico chileno nos encontraremos con las siguientes cifras:




En unidades, los medicamentos genéricos obtienen son los que ocupan la mayor participación cuando hablamos del número de unidades vendidas (casi el 40% del total de unidades), sin embargo por su menor precio ocupan una muy baja proporción en términos de valores (menos del 10% total).

Esto claramente nos indica la preferencia de un grupo de la población por este grupo de medicamentos, obviamente por razones económicas y de poder adquisitivo de las personas, pero ¿podemos asegurarle a la población que son igualmente efectivas sus terapias medicamentosas en comparación con el innovador? No. Y si la persona invierte un poco más y utiliza el genérico de marca o similar, ¿podemos asegurarle la efectividad al igual que el caso anterior? Tampoco.

Esta situación da cuenta de la inequidad y desigualdad que existe en nuestro país cuando hablamos de acceso y calidad de medicamentos por parte de la población.

Volviendo a la pregunta inicial “¿y no tiene otro más barato que sea lo mismo?”, No, lamentablemente señora si a Ud. Le han prescrito el medicamento innovador no tengo como asegurarle que este otro más barato, genérico o similar, sea equivalente al anterior.

Claramente hay una deuda pendiente, y se deben buscar las estrategias para que al menos en los medicamentos con márgenes terapéuticos estrechos o alta variabilidad interpersonal asegurar la intercambiabilidad, en equilibrio con el costo/beneficio para tampoco producir un incremento importante en los precios finales de muchos medicamentos.

Continuaremos desarrollando este sensible tema en una próxima entrega.

- Estrategias estatales en la política nacional de medicamentos.
- Realidades en América latina.
- ¿GMP o bioequivalencia?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta es una gran tarea pendiente para realizar ya que como bien dice la crónica nadie puede arrogarse la certeza de que un medicamento es igual, similar o mejor que otro hasta que no esten hecho los estudios de intercambiabilidad; por ahora seguiremos haciendo caso a nuestra conciencia y ética profesional para que el paciente o usuario final logre la recuperación de su salud
Ricardo

Anónimo dijo...

Dato útil: en el año 2005 se publicó la "Norma que define criterios para establecer equivalencia terapéutica a productos farmacéuticos en Chile", norma muy básica, pero que daba el puntapié inicial a lo que es el tema de bioequivalencia. Muchas instituciones estuvieron al tanto de esto esperando las famosas listas de medicamentos a los que se exigiría presentar estudios de bioequivalencia. Lamentablemente por temas que escapan a mis conocimientos (llámese burocracia, manejo polítio o manejo comercial) ha quedado estancada la iniciativa de hacer efectiva esta norma bloqueando otra veta de desarrollo en la salud del país. Es una cierta y lamentable situación que deja claro que iniciativas existen, pero que simplemente "NO SE QUIEREN LLEVAR A CABO".
Saludos

Anónimo dijo...

Segun mis conocimiento y el de muchos otros colegas, hay laboratorios que tienen medicamento de buena calidad y a menor precio, pero mientras las autoridades sanitarias no transparenten los resultados de sumarios y estudios de estanterias seguiremos viviendo en le limbo.

MMG

Anónimo dijo...

La OMS define como medicamento genérico al producto destinado a ser intercambiable con el innovador. La definición que dan de genérico es el de producto de múltiples fuentes.
La OMS recomienda, es su política de medicamentos genéricos, implementar la equivalencia terapéutica (EQT) de acuerdo a un programa acorde a plazos. Primero la política de medicamentos, luego la norma de EQT, modificaciones al DS 466, cursos a la industria, creación del área de biofarmacia, entre otros.
Como ven no es un proceso fácil, se necesita tiempo y paciencia, por fin la situación de desregulación respecto a este tema, que lamentablemente pocos entendemos, está llegando a su fin.
Humberto Saldívar .
Químico Farmacéutico

Anónimo dijo...

Es interesante el tema sobretodo porque hay ciertas consideraciones que no han sido tomadas en cuenta.
A la industria extranjera no se les piden estudios que permitan asegurar que el producto se fabrica en el mismo sitio donde se fabricó por primera vez. Esto da pie a preguntarse ¿quién asegura que un medicamento que se desarrolló en Alemania y se fabricó por años en la misma planta es el mismo que se dispensa hoy y que se fabrica en México? Hoy eso no se sabe. En Europa, EEUU y Japón existen guías que recomiendan hacer estudios,muy similares a la norma de EQT de Chile,cuando hay cambios en equipos, sitio, aumentos de escala, entre otros, por lo tanto ¿cómo saber cuál es el verdadero producto innovador? ¿por qué lo que se hace en Europa se vende en EEUU y lo que se hace (mismo laboratorio, mismo producto)en México se vende en Latinoamérica? El tema es delicado, según mi opinión, esto no va a estar resuelto hasta que las autoridades tengan la capacidad técnica y no politico partidistas para tomar decisiones.
Humberto Saldívar O.
Químico Farmacéutico