jueves, 3 de julio de 2008

Propuesta de nuevo reglamento del Sistema Nacional de Control de Productos Farmacéuticos


Desde el 23 de abril en la página web del MINSAL, se encuentra a "Consulta Pública" la Propuesta de nuevo reglamento del Sistema Nacional de Control de Productos Farmacéuticos, el cual pretende reemplazar la actual legislación en el tema (D.S. 1876 de 1995). Destacan entre ellos parráfos de vital importancia, que hablan sobre la farmacovigilancia y la publicidad en recintos farmacéuticos que merecen especial atención en cuanto a sus alcances y redacción.

Casi como por casualidad me encontré con esta propuesta, que posee una importancia regulatoria trascendental para nuestra profesión, ya que habla de producción, calidad, publicidad y registro sanitario de productos farmacéuticos entre otros puntos. ¿Porque no hemos sabido de ella a nivel profesional, estudiantil y gremial?¿En que instancia se redactó y quienes participaron?. Hubiese sido importante quizas haber sabido de ella, y con esto, no quiero decir que me parezca negativo lo escrito, sino que al contrario, pero siento que se ha perdido la posibilidad de generar un debate amplio con diversos actores sociales que quizas algo deben tener que decir.

Puntos críticos como la publicidad que se realiza en los recintos farmacéuticos merecen especial atención.

La propuesta señala en su parrafo tercero dos artículos de trascendental importancia , al cual nos referiremos en esta ocasión:

"ARTICULO 220.- En los establecimientos de fabricación, distribución y expendio de especialidades farmacéuticas, sólo podrá hacerse publicidad mediante afiches, carteles o volantes, en que se indique su denominación oficial y envase aprobado, información contenida en el rótulo y el distintivo del productor o distribuidor, si lo tuviese.

ARTICULO 221.- En estos establecimientos no podrán utilizarse procedimientos de publicidad que puedan inducir a uso o elección no indicada de los medicamentos, tales como rifas, sorteos, donación de muestras, determinación de precios preferenciales por compras en mayor cantidad u otras formas que estimulen el consumo excesivo, indebido o la automedicación. Asimismo, no podrá estimularse la venta de productos farmacéuticos mediante incentivos de cualquier índole dirigida al personal auxiliar de las farmacias."

La publicidad y los incentivos que se mencionan en estos dos parrafos, son quizas una de las herramientas más utilizadas para promover la venta de medicamentos de en las farmacias chilenas y desde el punto de vista comercial son herramientas válidad en cuanto a la promoción e información dirigida a los consumidores objetivos.

Sin embargo, en este sistema de farmacia excesivamente mercantilizada con el que hoy contamos, estas dos herramientas válidas cuando se usan dentro de los marcos éticos existentes, se han transformado en poderosos elementos constituyentes de un sistema perverso por donde se mire.

Solo basta con acercarse a una "punto de venta" (como a algunos amantes del "retail farmacéutico" les gusta llamarlo)para observar la verdadera invasión publicitaria de medicamentos de venta restringida que se realiza a través de volantes,letreros ubicados detrás del mesón y cápsulas de acrílico colocadas sobre el mesón con llamativas ofertas. Publicidad que visualmente quien concurre a la farmacia no tiene posibilidad de no mirar, ya que la recibe a través de pantallas, letreros ofertones, revistas y también dentro del "protocolo de venta que DEBEN realizar casi mecánicamente quienes atienden al "cliente".

Sin embargo, hay que separar, las cosas. En este análisis no nos referimos cuando se trata de cosméticos y productos de venta directa, ya que legalmente se permite y me parece correcto que se publiciten según lo establecido.

No es de extrañarse ver antibióticos y antimigrañosos como sabrosas ofertas a la libre disposición del público, que sientan el concepto entre las personas de equivalencia como quien publicita un zapato. Para que habla de los descuentos por segundas unidades y genericos a un peso. En fin.

Por otro lado tenemos los incentivos. Incentivos que no sólo son para los auxiliares sino que también para el farmacéutico, por lo que muchas veces, este pasa a ser otro componente del círculo que muchas veces tolera la negación de ciertos medicamentos, que potencia el ofrecimiento de ciertas ofertas, o que incluso, recomienda según el arsenal que tenga mayor comisión, estrellita o canela (como quieran llamarle).

Para que hablar, de los sueldos base de muchos auxiliares, que muchas veces no superan los 30 mil o 50 mil pesos y que el resto debe ser logrado a "pura comisión" como ellos dicen. Los incentivos, pueden hacer la diferencia para un auxiliar sobre más del 70% de su capacidad adquisitiva. ¿Que política de promoción de uso racional de medicamento resiste eso? .Por fortuna esto último, se atenuará con la nueva ley promulgada por el gobierno actual en donde los sueldos bases deberán ser iguales por lo menos al sueldo mínimo.

Ciertamente que los párrafos mencionados de la propuesta anteriores son insuficientes. El mercado ha demostrado que no se puede dejar espacios vacios, sino que al contrario, ha demostrado que surge con importancia la necesidad patente que el Estado adopte un papel regulador aún más comprometido en estas materias, lo que claramente no es lo que todos quisiéramos, pero si lo que se necesita si queremos hablar de políticas sanitarias coherentes.

El farmacéutico actual de las farmacias de grandes conglomerados económicos que ocupan el 93% del mercado, es sólo un empleado y muchas veces con resignación debe cumplir las "metas" olvidándose de todos sus discursos e ideas universitarias que alguna vez creyó posibles de implementar. Es más, si realmente queremos lograr un cambio, se debiesen suprimir los incentivos económicos que éste percibe por liderar la venta indiscriminada de medicamentos y reemplazar estos incentivos por premios relacionados a su capacidad como profesional SANITARIO.

Con el sistema actual de incentivos, el buen farmacéutico, es aquél que aumenta la venta y la inyección de los medicamentos promocionales, adicionales etc y no aquél que sabe para que sirven las cajitas que entrega y sus efectos adversos. Para eso, no se necesita un profesional, como el que se forma en las aulas universitarias hoy en día. No nos engañemos.

No se saca nada con eliminar los incentivos al personal auxiliar que estimulan la venta de productos farmacéuticos sino se hace lo mismo con el farmacéutico. De no hacerlo, será este profesional el que tomará un rol impulsador sobre los auxiliares para logras su metas, situación poco justa y que invalida el espíritu de la norma propuesta.

Los farmacéuticos deben dar su propia lucha para su reconocimiento real como profesionales sanitarios , para que su renta sea un reflejo de esa calidad y no de sus habilidades como vendedor. Sin embargo, requiere de preparación, de educación continua y de valentía de proponerse un desafío tan importante.

Por mientras, tenemos la posibilidad de enviar nuestros comentarios sobre la propuesta en la página del MINSAL, donde podrán descargar el documento y subir comentarios. Apúrense hay plazo sólo hasta el 25 de Julio. Participen.

http://webhosting.redsalud.gov.cl/minsal/conozcanos/consultaspublicas19.html

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