La facultad de farmacia de la U de Chile hace años atrás era un sinónimo de excelencia académica en la Química y de estudiantes en su mayoría abúlicos y sumergidos en un conformismo particular. Pero de Farmacia muy poco. Hoy las cosas parecen cambiar y una nueva generación de hijos de la democracia, que exigen posturas y jornadas reflexivas en donde verdaderamente se aborden nuestras problemáticas actuales. Jornadas en donde no van empresarios, ni donde los decanos ven oportunidades de negocio con los intereses económicos detrás de las góndolas, sino que por el contrario, a través de iniciar la recopilación de antecedentes científicos y técnicos para el debate en pos de la defensa sanitaria y nuestro rol farmacéutico. A la altura y la exigencia de los principios esenciales propios y representativos de la casa de Bello.
En nuestra formación universitaria, en facultades más de Química que de Farmacia (salvo Valparaíso y la Austral), los temas farmacéuticos y la creación de espíritus críticos en torno a nuestra razón, el medicamento, parecían ser temas muy alejados y sobre los cuales no había un mayor debate. Casi parecían temas propios a las facultades de medicina y no a las de farmacia. Cosa curiosa que quizás es la razón de porqué muchos profesionales hoy en día se identifican como profesionales de la Qúimica y no como profesionales del medicamento.
Sin embargo, esto parece estar cambiando y como es costumbre histórica en nuestro país, la Universidad de Chile, vuelve a tomar su rol nacional y comienza a liderar de forma incipiente pero valorable, un movimiento que podría ser un punto de inflexión en la histórica personalidad timorata y alejada de ruidos que por años había caracterizado a las facultades de "QUÍMICA y farmacia" de nuestro país.
Un movimiento que podría dar pie para que en nuestras aulas se comience a hablar de Farmacia, de medicamentos como elemento primordial y en donde la Química se vuelva una herramienta necesaria pero no nuestro fin.
Con la participación del decano de la facultad, Luis Nuñez, algunos profesores farmacéuticos (de los poco que van quedando como tales) y los estudiantes ,se ha iniciado un proceso muy significativo, como respuesta de la academia universitaria a las exigencias de los estudiantes por respuestas más enérgicas frente a la contingencia actual.
Aún estamos muy lejos de lo que debiese ser la vocación de una facultad de farmacia, en cuanto a su quehacer sobre propuestas de políticas públicas farmacéuticas y el desarrollo de la Farmacia como la disciplina de los medicamentos, pero sin embargo es un buen paso, uno que se puede convertir en el inicio de la transformación de facultades de Química en facultades de Farmacia.
Desde esta tribuna, invito a todos los estudiantes a particpar, a querer su profesión y a iniciar procesos como éste que sin duda serán beneficiosos para nuestro país y para ellos mismos. Antes de proponer que sus facultades sean lugares para desarrollar el "retail farmacéutico y el mercado de la salud" es necesario ocuparse de desarrollar la Farmacia como nuestra disciplina y de verdaderamente ocuparse de las necesidades país.
Para que verdaderamente nos convirtamos en los profesionales del medicamento, debemos conocer cada una de sus dimensiones, ser capaces de debatirlas, de defenderlas y por que no de crear a partir de ellas nuevas políticas públicas para Chile.
Es de esperar que sean más los estudiantes que se sumen y generen movimientos de este tipo, que no sean pocos sino que cada día puedan ser más. Animo y fuerza a los hijos de Bello que si bien hoy en día no son muchos los particpantes, están sembrando el cambio de la inercia académica que hasta hoy perece dominar nuestras aulas.
Cabe señalar, que en regiones, universidades como la U de Valparaíso y la Universidad Católica del norte entre otras realizan esfuerzos por situar el tema y han estado de forma permanente movilizados, que de cierta forma ha sido un iniciador en el despertar y en el asumir la responsabilidad histórica que significa el estudiar en la Chile. Adelante muchachos, el futuro son Uds.
En nuestra formación universitaria, en facultades más de Química que de Farmacia (salvo Valparaíso y la Austral), los temas farmacéuticos y la creación de espíritus críticos en torno a nuestra razón, el medicamento, parecían ser temas muy alejados y sobre los cuales no había un mayor debate. Casi parecían temas propios a las facultades de medicina y no a las de farmacia. Cosa curiosa que quizás es la razón de porqué muchos profesionales hoy en día se identifican como profesionales de la Qúimica y no como profesionales del medicamento.
Sin embargo, esto parece estar cambiando y como es costumbre histórica en nuestro país, la Universidad de Chile, vuelve a tomar su rol nacional y comienza a liderar de forma incipiente pero valorable, un movimiento que podría ser un punto de inflexión en la histórica personalidad timorata y alejada de ruidos que por años había caracterizado a las facultades de "QUÍMICA y farmacia" de nuestro país.
Un movimiento que podría dar pie para que en nuestras aulas se comience a hablar de Farmacia, de medicamentos como elemento primordial y en donde la Química se vuelva una herramienta necesaria pero no nuestro fin.
Con la participación del decano de la facultad, Luis Nuñez, algunos profesores farmacéuticos (de los poco que van quedando como tales) y los estudiantes ,se ha iniciado un proceso muy significativo, como respuesta de la academia universitaria a las exigencias de los estudiantes por respuestas más enérgicas frente a la contingencia actual.
Aún estamos muy lejos de lo que debiese ser la vocación de una facultad de farmacia, en cuanto a su quehacer sobre propuestas de políticas públicas farmacéuticas y el desarrollo de la Farmacia como la disciplina de los medicamentos, pero sin embargo es un buen paso, uno que se puede convertir en el inicio de la transformación de facultades de Química en facultades de Farmacia.
Desde esta tribuna, invito a todos los estudiantes a particpar, a querer su profesión y a iniciar procesos como éste que sin duda serán beneficiosos para nuestro país y para ellos mismos. Antes de proponer que sus facultades sean lugares para desarrollar el "retail farmacéutico y el mercado de la salud" es necesario ocuparse de desarrollar la Farmacia como nuestra disciplina y de verdaderamente ocuparse de las necesidades país.
Para que verdaderamente nos convirtamos en los profesionales del medicamento, debemos conocer cada una de sus dimensiones, ser capaces de debatirlas, de defenderlas y por que no de crear a partir de ellas nuevas políticas públicas para Chile.
Es de esperar que sean más los estudiantes que se sumen y generen movimientos de este tipo, que no sean pocos sino que cada día puedan ser más. Animo y fuerza a los hijos de Bello que si bien hoy en día no son muchos los particpantes, están sembrando el cambio de la inercia académica que hasta hoy perece dominar nuestras aulas.
Cabe señalar, que en regiones, universidades como la U de Valparaíso y la Universidad Católica del norte entre otras realizan esfuerzos por situar el tema y han estado de forma permanente movilizados, que de cierta forma ha sido un iniciador en el despertar y en el asumir la responsabilidad histórica que significa el estudiar en la Chile. Adelante muchachos, el futuro son Uds.